EQUILIBRIO
El equilibrio es definido por el diccionario Pequeño Larousse
(que de pequeño no tiene nada) como el estado de reposo de un cuerpo,
resultante de la actuación de fuerzas que se contrarrestan. También es definido
como Armonía, combinación adecuada entre cosas diversas. De estas definiciones
podemos inferir, por ejemplo, que el Universo está en equilibrio como resultado
de las múltiples interacciones de las fuerzas de gravedad de millones de
cuerpos celestes. Podríamos agregar que en nuestro planeta existen varios
equilibriosistemas, (perdónenme el neologísmo) entre los cuales está el de las
placas tectónicas, o el del magma del interior de la corteza terrestre, o el de
la biodiversidad, solo para ilustrar el punto que explicaré a continuación.
Cuando por alguna circunstancia, fortuita o provocada, las fuerzas que
mantienen la armonía o ese estado de reposo, que a mi entender y según lo
inferido, es un estado de estrés donde las diferentes fuerzas actuantes han
logrado el punto justo de presión de cada una de ellas de modo que el sistema está
en una situación de calma, una de esas fuerzas actuantes, uno de esos vectores
de fuerza, aumenta su presión, la disminuye o desaparece, evidentemente
desaparecerá el equilibrio, la armonía, y vendrá el caos. En el caso de nuestro
planeta, las fuerzas que permanentemente obligan a las placas tectónicas a
moverse en su sempiterno lecho, las llevarán a chocar unas con otras lo que
genera los temblores, los terremotos, con sus consecuencias que podrán ser más
o menos trágicas, dependiendo de lo poblado del sitio, de las tecnologías
empleadas en la infraestructura y en lo preparada que se encuentre la población
para enfrentar el desastre. Cuando la presión interna del planeta se
incrementa, el magma, para liberar esa fuerza, busca salidas en la corteza y
surgen los volcanes, con sus consecuencias nefastas para la población. Y así,
cada sistema en equilibrio, al fallar una de las fuerzas que se contrarrestan,
generará, inevitablemente, un desastre. Al adentrarnos en la sociedad humana, haré
un símil con la naturaleza, apoyándome en el Leviatán de Hobbes, quien concluye
que para evitar la inevitable guerra del hombre contra el hombre, es decir, de
mantener un equilibrio societal, debe existir un poder que surja de un contrato
entre los hombres para que pueda existir la paz, o sea el equilibrio de los
deseos de cada hombre frente a cada uno de sus semejantes. En Rousseau en su
obra El Contrato Social, quien concreta al exponer que para que exista dicho
equilibrio, los individuos deben ceder a su instinto natural y establecer un
contrato donde admitan la existencia de una autoridad y de unas normas que
mantengan ese equilibrio y a cambio, se le otorgan a todos los mismos derechos
y deberes. Ese equilibrio es propuesto por Montesquieu en su teoría de la
separación de los poderes, que en mi humilde criterio, no es ninguna teoría
sino la extrapolación del equilibrio de la naturaleza, adaptado a la condición
humana, donde deben existir fuerzas políticas diversas, actuando cada una con
su presión apropiada, de manera que el estrés armónico se sostenga y pueda
mantenerse. En nuestros aciagos momentos actuales, la sociedad venezolana está
presenciando como se han trastocado alevosamente las fuerzas del poder que
mantienen el equilibrio societal, con la intención aviesa del interés personal
y de un grupo, incrementando los privilegios de ese grupo en detrimento del
resto de la sociedad, rompiéndose el pacto que mantenía el tejido social, por
lo que inevitablemente se llegará a la ocurrencia de un enfrentamiento, un desastre
de consecuencias incalculables. Pero siempre, al final, se establecerá otra
forma de equilibrio. Lo desconocido es cuanto nos costará en vidas, recursos y
tiempo y que tipo de equilibrio resultará.